domingo, 5 de mayo de 2013

El murciélago.

En el gran reino de los volátiles, se festejaba el cumpleaños del águila. Los pájaros acudían de todas partes para traer a la reina felicitaciones y muchas presentaciones.
El murciélago no se unió al pueblo alado. Y a los que le preguntaban sobre el motivo de su abstención, les contestaba:
-Yo tengo cuatro paras, y soy, por tanto, un cuadrúpedo. Y por eso no me considero súbdito del águila.
Al cabo de un tiempo, en la selva, reunieronse todos los cuadrúpedos de la tierra para festejar el cumpleaños del León. Hasta las bestezuelas más humildes, como la liebre y el topo, trajeron presentes al monarca. Pero el murciélago no participo en la fiesta. Más de uno le pregunto el motivo. Contestó:
-¿Por ventura no veis mis alas? Yo pertenezco al noble pueblo del aire.              

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