domingo, 4 de agosto de 2013

141 Auge

a. Aleo, rey de Tegea, hijo de Afidas, se casó con Neera, hija de Pereo, quien le dio como hijos a Augeo, Cefeo, Licurgo y Afidamante. Un antiguo templo de Atenea Alea, fundado en Tegea por Aleo, todavía contiene un lecho sagrado de la diosa.

b. Cuando, en una visita a Delfos, el oráculo advirtió a Aleo que los dos hermanos de Neera morirían a manos del hijo de su hija, se apresuró a volver a su casa y designó a Auge sacerdotisa de Atenea, amenazándole con matarla si no se mantenía casta. Si Heracles fue a Tegea en su camino para combatir con el rey Augías o a su regreso de Esparta es motivo de discusión, pero en todo caso Aleo lo recibió hospitalariamente en el templo de Atenea. Allí, enardecido por el vino, Heracles violó a la sacerdotisa virgen junto a una fuente que puede verse todavía al norte del templo; sin embargo, como Auge no gritó, a menudo se ha insinuado que fue allá obedeciendo a una cita.

c. Heracles siguió su viaje y en Estinfalia engendró a Everes con Parténope, la hija de Esfinfalo; pero entretanto la peste y el hambre afligieron a Tegea, y Aleo, informado por la Pitonisa de que se había cometido un delito en el recinto sagrado de Atenea, fue a él y encontró a Auge muy avanzada en su embarazo. Aunque ella lloró y declaró que Heracles la había violado en un ataque de embriaguez, Aleo no la creyó. La arrastró al mercado de Tegea, donde ella se arrodilló en el lugar donde se halla al presente el templo de Ilitía, famoso por su imagen de «Auge de Rodillas». Como le daba vergüenza matar a su hija en público, Aleo encargó al rey Nauplio que la ahogara. Nauplio, en consecuencia, salió con Auge para Nauplia, pero en el monte Partenio empezó a sentir dolores de parto, y alegando alguna excusa se introdujo en un bosque. Allí dio a luz un hijo, al que ocultó en un matorral, y volvió a donde Nauplio la esperaba pacientemente junto al camino. Sin embargo, como no tenía la intención de ahogar a una princesa cuando podía venderla a buen precio en el mercado de esclavos, vendió a Auge a unos comerciantes carios que acababan de llegar a Nauplia, los cuales, a su vez, la vendieron a Teutrante, rey de la Teutrania misia.

d. E1 hijo de Auge fue amamantado por una gama en el monte Partenio (donde ahora tiene un recinto sagrado) y lo encontraron unos ganaderos que lo llamaron Télefo y lo llevaron a su amo, el rey Corito. Al mismo tiempo, por una coincidencia, los pastores de Corito descubrieron al hijo infante de Atalanta, que ella había dado a Meleagro, abandonado en la misma ladera de la montaña: le llamaron Partenopeo, que quiere decir «hijo de una virginidad perforada», porque Atalanta pretendía que seguía siendo virgen.

e. Cuando Télefo llegó a la virilidad acudió al Oráculo de Delfos para que le informara acerca de sus padres. El oráculo le dijo: «Navega en busca del rey Teutrante el misio.» En Misia encontró a Auge, ahora casada con Teutrante, por quien supo que ella era su madre y Heracles su padre; y eso lo podía creer él muy bien, pues ninguna mujer había dado nunca a Heracles un hijo que se le pareciera tanto. Teutrante dio inmediatamente a Télefo su hija Argíope en matrimonio y le nombró heredero del reino.

f. Otros dicen que Télefo, después de haber matado a Hipotoonte y Nereo, sus tíos maternos, fue silencioso y mudo a Misia en busca de su madre. «El silencio de Télefo» se hizo proverbial, pero Partenopeo le acompañó como portavoz. Sucedió que el famoso argonauta Idas, hijo de Afareo, estaba a punto de apoderarse del trono de Misia, y Teutrante, desesperado, prometió renunciar a él en favor de Télefo y darle en matrimonio su hija adoptiva si expulsaba a Idas. En consecuencia Télefo, con la ayuda de Partenopeo, venció a Idas en una sola batalla. Ahora bien, sucedía que la hipa adoptiva de Teutrante era Auge, quien no reconoció a Télefo, ni él sabía que ella era su madre. Fiel a la memoria de Heracles, ella ocultó una espada en su dormitorio la noche de la boda y habría matado a Télefo al entrar si los dioses no hubieran interpuesto una gran serpiente entre ellos. Auge arrojó la espada alarmada y confesó sus intenciones homicidas. Luego apostrofó a Heracles, y Télefo, que estaba a punto de cometer un matricidio, tuvo la inspiración de gritar: «¡Oh madre, madre!». Cayeron llorando el uno en brazos dd otro y al siguiente día volvieron con las bendiciones de Teutrante a su país natal. En Pérgamo se muestra la tumba de Auge junto al río Caico. Los habitantes de Pérgamo pretenden ser emigrantes arcadios que cruzaron el Asia con Télefo y le ofrecen sacrificios de héroe.

g. Otros dicen que Télefo se casó con Astíoque, o Laódice, hija del troyano Príamo. Y otros que Heracles había yacido con Auge en Troya cuando fue allá en busca de los caballos inmortales de Laomedonte. Y otros más que Aleo encerró a Auge y su hijo infante en un arca que confió a las olas, y que, bajo el cuidado vigilante de Atenea, el arca navegó a la deriva hacia el Asia Menor y fue lanzada a tierra en la desembocadura del Caico, donde el rey Teutrante se casó con Auge y adoptó a Télefo.

h. Este Teutrante, en una ocasión en que cazaba en el monte Teutras, persiguió a un jabalí monstruoso que huyó al templo de Ártemis Ortosia. Estaba a punto de penetrar en él cuando el jabalí gritó: «¡Perdóname la vida, mi señor! ¡Soy el niño de pecho de la Diosa!» Teutrante no le hizo caso y lo mató, con lo que ofendió a Ártemis tan profundamente que devolvió la vida al jabalí, castigó a Teutrante con costras de lepra y lo envió delirando a la cumbre de la montaña. Sin embargo, su madre, Leucipe, se apresuró a ir al bosque, llevando consigo al adivino Poliido, y apaciguó a Ártemis con generosos sacrificios. Teutrante se curó de su lepra por medio de la piedra antipates, que todavía se encuentra en cantidades en la cumbre del monte Teutras; en vista de ello Leucipe erigió un altar a Ártemis Ortosia y mandó hacer un jabalí mecánico con cabeza de hombre enteramente de oro y que cuando se le persigue se refugia en el templo y pronuncia las palabras «¡Perdóname la vida!».

i. Mientras Heracles se hallaba en Arcadia hizo una visita al monte Ostracina, donde sedujo a Fíalo, hija del héroe Alcimedonte. Cuando dio a luz un hijo llamado Ecmágoras, Alcimedonte los echó a ambos de su cueva para que murieran de hambre en la montaña. Ecmágoras se echó a llorar lastimosamente y un grajo bien intencionado voló en busca de Heracles, imitó el sonido del llanto y así lo llevó al árbol donde estaba Fíalo, amordazada y atada por su cruel padre. Heracles los puso en libertad y el niño llegó a la edad viril. Al manantial cercano se le llama desde entonces Cisa, que quiere decir grajo.

1.      El lecho de Atenea en Tegea y la supuesta violación por Heracles de su sacerdotisa Auge, identifican a esta Atenea con Neith, o Anadia, una diosa Luna orgiástica cuya sacerdotisa realizaba un casamiento anual con el rey sagrado para conseguir buenas cosechas. Reliquias de esta costumbre se encontraron en el templo de Heracles en Roma, donde su desposada se llamaba Acca —equivalente de la Diosa Blanca peloponesa Acó— y en Jerusalén, donde, antes de las reformas religiosas del destierro, parece haberse celebrado un casamiento sagrado todos los meses de septiembre entre el Sumo Sacerdote, representante de Jehová, y la diosa Anatha. El profesor Raphael Patai resume las pruebas del casamiento en Jerusalén en su Man and Temple (pp. 88-94, Londres, 1947). Los niños divinos que se suponían nacidos de esas uniones se convertían en los espíritus del cereal del año siguiente; así, Atenea Alea era una diosa del cereal, patrona de los molinos harineros. Los numerosos hijos que engendró Heracles con ninfas atestiguan la preponderancia de esta teoría religiosa. Sólo se le atribuye una hija anómala, Macaría («bendita»). El mito de Auge ha sido relatado para explicar una emigración arcadia a Misia, probablemente bajo la presión de los aqueos; y también las festividades tegeatas en honor del dios del Año Nuevo como cervatillo, las cuales, a juzgar por el fragmento de Hesíodo, tenían su equivalente en Tróade.

2.      Que Augea y su hijo fueran a la deriva en un arca hasta el río Caico —escena ilustrada en el altar de Pérgamo y en las monedas pergamesas— significa simplemente que el culto de Auge y Télefo había sido importado en Misia por colonos tegeatas, y que Auge, como la diosa Luna, se suponía que iba en su nave de la media luna a las celebraciones del Año Nuevo. La subsiguiente transformación de Atenea de desposada orgiástica en casta doncella guerrera ha introducido la confusión en la fábula: en algunas versiones Teutrante se convierte en el novio de Auge, pero en otras la adopta piadosamente. La versión de Higinio se basa en algún drama posterior y artificial.

3.      El mito del jabalí de oro se refiere en parte a las propiedades curativas de la piedra antipathes del monte Teutras; y en parte, quizás, a una costumbre misia de vengar la muerte de Adonis, quien había sido muerto por Apolo en la forma de un jabalí. Parece que al representante de Adonis, un hombre que vestía una piel de jabalí con colmillos dorados, se le perdonaba  la  vida si podía refugiarse de sus perseguidores en el templo de la hermana de Apolo, Ártemis. Los reyes de Tegea, la ciudad natal de Auge, eran, según parece, muertos habitualmente por jabalíes (véase 140.1 y 157.e).

4.      La aventura de Fíalo con el grajo es una fantasía anecdótica que explica supuestamente el nombre del manantial, que originalmente puede haber estado consagrado a un clan cuyo tótem era el grajo.

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