domingo, 4 de agosto de 2013

158 La fundación de Troya

a. Una fábula que se relata acerca de la fundación de Troya es que, en una época de hambre, una tercera parte de la población cretense, a las órdenes del príncipe Escamandro, partió para fundar una colonia. AI llegar a Frigia acamparon junto al mar, no lejos de la ciudad de Hamaxito, al pie de una alta montaña que llamaron Ida en honor de la patria cretense de Zeus. Ahora bien, Apolo les había aconsejado que se establecieran dondequiera que les atacaran enemigos nacidos de la tierra a cubierto de la oscuridad, y esa noche misma una horda de ratones campestres hambrientos invadió las tiendas y royó las cuerdas de los arcos, las abrazaderas de cuero de los escudos y todas las otras partes comestibles del armamento cretense. En consecuencia, Escamandro ordenó que hicieran alto y dedicaran un templo a Apolo Esminteo (alrededor del cual surgió pronto la ciudad de Esmintea) y se casó con la ninfa Idea, quien le dio un hijo, Teucro. Con la ayuda de Apolo, los cretenses vencieron a sus nuevos vecinos, los bébrices, pero durante la lucha Escamandro cayó en el río Janto, que por ello tomó su nombre. Teucro, por quien los pobladores recibieron el nombre de teucros, le sucedió. Pero algunos dicen que Teucro mismo fue al frente de los inmigrantes cretenses y en Frigia le recibió Dárdano, quien le dio en casamiento su hija y llamó a sus subditos teucros.

b. Los atenienses dan una versión completamente distinta. Niegan que los teucros provinieran de Creta y recuerdan que cierto Teucro, perteneciente al demo de Troes, emigró de Atenas a Frigia, y que Dárdano, hijo de Zeus y la pléyade Electra y nacido en la Feneo arcadia, fue recibido en Frigia por este Teucro, y no al contrario. En apoyo de esta tradición se alega que Erictonio aparece en la genealogía tanto de la casa real ateniense como de la teucra. Dárdano, añaden los atenienses, se casó con Crisa, hija de Palante, quien le dio dos hijos, Ideo y Dimante. Éstos reinaron durante un tiempo en el reino arcadio fundado por Atlante, pero los separaron las calamidades del Diluvio de Deucalión. Dimante se quedó en Arcadia, pero Ideo fue con su padre Dárdano a Samotracia, donde colonizaron juntos, y a la isla se la llamó en adelante Dardania. Crisa había dado a Dárdano como dote las imágenes sagradas de los Grandes Dioses de los que era sacerdotisa, y él introdujo su culto en Samotracia, aunque manteniendo en secreto sus verdaderos nombres. Dárdano fundó también un colegio de sacerdotes salios para que realizasen los ritos necesarios, que eran los mismos que realizaban los curetes cretenses.

c. La pena por la muerte de su hermano Yasión llevó a Dárdano a través del mar a Tróade. Llegó solo, conduciendo a remo una balsa hecha con una piel inflada lastrada con cuatro piedras. Teucro le recibió hospitalariamente y, con la condición de que le ayudase a dominar a ciertas tribus vecinas, le dio una participación en el reino y le casó con la princesa Batiea. Algunos dicen que esta Batiea era tía de Teucro; otros, que era su hija.

d. Dárdano se proponía fundar una ciudad en la pequeña colina de Ate, que se alza en la llanura donde se halla ahora Troya, o Ilio; pero cuando urí oráculo de Apolo frigio le advirtió que la desgracia acompañaría siempre a sus habitantes; eligió un lugar en las laderas más bajas del monte Ida y llamó a su ciudad Dardania. Después de la muerte de Teucro, Dárdano le sucedió en el resto del reino, al que dio su nombre y extendió su gobierno sobre muchas naciones asiáticas; también envió colonias a Tracia y más allá de ésta.

e. Entretanto, el hijo menor de Dárdano, Ideo, le había seguido a Tróade llevando las imágenes sagradas, lo que permitió a Dárdano enseñar a sus subditos los Misterios samotracios. Un oráculo le aseguró entonces que la ciudad que estaba a punto de fundar sería invencible sólo mientras la dote de su hija siguiera bajo la protección de Atenea. Todavía se muestra su tumba en la parte de Troya que se llamaba Dardania antes de mezclarse con las aldeas de Ilio y Tros formando una ciudad única. Ideo se estableció en los Montes Ideos que, según dicen algunos, se llaman así por él, e instituyó allí el culto y los Misterios de la Madre de los Dioses frigia.

f. Según la tradición latina, el padre de Yasión era el príncipe tirreno Corito; y su mellizo, Dárdano, hijo de Zeus y de Electra, la esposa de Corito. Ambos emigraron de Etruria después de dividir entre ellos las imágenes sagradas; Yasión fue a Samotracia y Dárdano a Tróade. Mientras combatía con los bóbrices, que trataban de arrojar a los tirrenos nuevamente al mar, Dárdano perdió el yelmo y, aunque sus soldados se hallaban en retirada, los hizo volver para recuperarlo. Esta vez obtuvo la victoria y fundó una ciudad llamada Corito en el campo de batalla, tanto en memoria de su yelmo (corys) como de su padre.

g. Ideo tenía dos hermanos mayores, Erictonio e lio, o Zacinto; y una hija, Idea, que llegó a ser la segunda esposa de Fineo. Cuando Erictonio sucedió a Dárdano en el reino se casó con Astíoque, hija de Simunte, quien le dio a Tros. Erictonio, descrito también como un rey de Creta, era el más próspero de los hombres, dueño de tres mil yeguas de las que se enamoró Bóreas. Tros sucedió a su padre Erictonio, y no solamente Troya, sino también toda Tróade recibió su nombre. Con su esposa Calírroe, hija de Escamandro, llegó a ser padre de Cleopatra la Menor, llo el Menor, Ásáraco y Ganimedes.

h. Entretanto, lio, el hermano de Erictonio, había ido a Frigia, donde intervino en los juegos que se realizaban en aquel momento, salió vencedor en la lucha y ganó como premio cincuenta muchachos y cincuenta muchachas. El rey frigio (cuyo nombre se ha olvidado) le dio también una vaca torda y le aconsejó que fundara una ciudad allí donde el animal sintiera el deseo de acostarse, lio siguió a la vaca, que se acostó al llegar a la colina de Ate, y él construyó allí la ciudad de Ilio, aunque, a causa de la advertencia del oráculo a su padre Dárdano, no la fortificó. Algunos dicen, no obstante, que fue a una de sus propias vacas misias la que siguió llo y que sus instrucciones provenían de Apolo. Pero otros sostienen que Ilio fue fundada por inmigrantes locrios y que ellos dieron el nombre de su montaña Friconis al monte Gime de Troya.

i. Cuando quedó marcado el circuito de los límites de la ciudad, lio pidió una señal a Zeus Omnipotente, y a la mañana siguiente encontró un objeto de madera delante de su tienda, medio enterrado en la tierra y cubierto con malezas. Era el Paladio, imagen sin piernas de tres codos de altura, hecha por Atenea en recuerdo de su difunta compañera de juegos libia Palas. Palas, cuyo nombre agregó Atenea al suyo, tenía una lanza en alto en la mano derecha y una rueca y un huso en la izquierda, y la égida le envolvía el pecho. Atenea había puesto primeramente la imagen en el Olimpo, junto al trono de Zeus, donde era objeto de grandes honores, pero cuando la bisabuela de lio, la pléyade Electra, fue violada por Zeus y la profanó con su contacto, Atenea la arrojó airadamente, juntamente con la imagen, a la tierra.

j. Apolo Esminteo aconsejó ahora a llo: «Protege a la Diosa que cayó del cielo y protegerás a tu ciudad, pues adondequiera que va lleva el imperio.» En consecuencia, erigió un templo en la ciudadela para alojar a la imagen.

k Algunos dicen que se erigía ya el templo cuando la imagen descendió del cielo como un don de la diosa. Cayó a través de una parte del techo que todavía no estaba terminada y la encontraron colocada exactamente en el lugar apropiado. Otros dicen que Electra le dio el Paladio a Dárdano, su hijo tenido con Zeus, y que lo llevaron de Dardania a Ilio después de su muerte. Otros más afirman que cayó del cielo en Atenas y que el ateniense Teucro lo llevó a Tróade. Y no faltan quienes creen que hubo dos paladios, uno ateniense y otro troyano, el último hecho con los huesos de Pélope, así como la imagen de Zeus en Olimpia estaba hecha con marfil indio; o que hubo muchos Paladios, todo igualmente lanzados desde el cielo, incluyendo las imágenes samotracias que llevó Ideo a Tróade. El Colegio de las Vestales en Roma conserva al presente el que es considerado como el Paladio auténtico. Ningún ser humano puede contemplarlo impunemente. En un tiempo, cuando se hallaba todavía en poder de los troyanos, lio corrió a salvarlo en una alarma de incendio y por ello fue castigado con la ceguera; pero más tarde consiguió aplacar a Atenea y recuperó la vista.

l. Eurídice, hija de Adraste, tuvo con llo a Laomedonte, y a Temiste, que se casó con el frigio Capis y, según dicen algunos, fue la madre de Anquises. Con Estrimo, hija de Escamandro y de Leucipe, o Zeuxipe, o Toosa, Laomedonte tuvo cinco hijos: Titón, Lampo, Clitio, Hicetaón y Podarces; así como tres hijas: Hesione, Cila y Astíoque. También engendró a dos mellizos bastardos con la ninfa pastora Cálibe. Fue él quien decidió construir las famosas murallas de Troya y tuvo la buena suerte de conseguir los servicios de los dioses Apolo y Posidón, con quienes en aquel momento estaba disgustado Zeus porque se habían rebelado contra él, obligándoles a trabajar como peones. Posidón construyó las murallas mientras Apolo tocaba la lira y daba de comer a los rebaños de Laomedonte; y el lélege Éaco le echó una mano a Posidón. Pero Laomedonte no pagó a los dioses lo que les debía, por lo que mereció su enconado resentimiento. Ésta fue la causa de que él y todos sus hijos —con excepción de Podarces, que había cambiado su nombre por el de Príamo— perecieran cuando Heracles saqueó Troya.

m. Príamo, a quien Heracles concedió generosamente el trono de Troya, sospechaba que la calamidad que había caído sobre Troya se debía a su situación desafortunada más bien que a la ira de los dioses. En consecuencia envió a uno de sus sobrinos a que preguntara a la Pitonisa de Delfos si todavía pesaba una maldición sobre la colina de Ate. Pero el sacerdote de Apolo, Pántoo hijo de Otrias, era tan bello, que el sobrino de Príamo, olvidando su misión, se enamoró de él y lo llevó de vuelta a Troya. Aunque eso le molestó a Príamo, no se atrevió a castigar a su sobrino. En compensación por el mal que había cometido nombró a Pántoo sacerdote de Apolo y, como le daba vergüenza volver a consultar a la Pitonisa, reconstruyó Troya sobre los mismos cimientos. La primera esposa de Príamo fue Arisbe, hija de Merope, el adivino. Después de haberle dado a Esaco, la casó con Hirtaco, con quien fue madre de los hirtácidas Asió y Niso.

n. Este Ésaco, que aprendió el arte de interpretar los sueños de su abuelo Merope, es famoso por su gran amor a Astérope, hija del río Cebrén; cuando ella murió, Ésaco trató repetidamente de matarse saltando desde un risco, hasta que por fin los dioses se compadecieron de él y lo transformaron en una ave acuática, permitiéndole así que satisfaciera su obsesión con más decencia.

o. Hécabe, la segunda esposa de Príamo —a la que los latinos llaman Hécuba— era hija de Dimante y de de la ninfa Eunoe; o, según dicen algunos, de Cisco y Teleclea; o del río Sangario y Metope; o de Glaucipé, la hija de Janto. Le dio a Príamo diecinueve hijos, y los restantes eran hijos.de concubinas; los cincuenta ocupaban dormitorios adyacentes de piedra pulimentada. Las doce hijas de Príamo dormían con sus maridos en el lado más lejano del mismo patio. El hijo mayor de Hécabe era Héctor, al que algunos llaman hijo de Apolo; luego dio a luz a París, Creúsa, Laódice y Políxena; y después a Deífobo, Heleno, Casandra, Pamón, Polites, Antifo, Hipónoo y Polidoro. Pero no hay duda de que a Troilo lo tuvo con Apolo.

p. Entre los hijos menores de Hécabe se hallaban los mellizos Casandra y Heleno. En la fiesta de su cumpleaños, celebrada en el templo de Apolo Timbreo, se cansaron de jugar y quedaron dormidos en un rincón, mientras sus olvidadizos padres, que habían bebido demasiado vino, volvieron tambaleándose a su casa sin ellos. Cuando Hécabe volvió al templo se encontró con que las serpientes sagradas lamían los oídos de los niños y gritó aterrada. Las serpientes desaparecieron inmediatamente en un montón de hojas de laurel, pero desde aquel momento Casandra y Heleno poseyeron el don de la profecía.

q. Otra versión del tema es que un día Casandra se quedó dormida en el templo; apareció Apolo y le prometió enseñarle el arte de la profecía si se acostaba con él. Casandra, después de aceptar el don, se arrepintió de lo convenido, pero Apolo le rogó que le diera un beso, y cuando ella lo hizo le escupió en la boca, con lo que se aseguró de que nadie creería nunca lo que ella profetizara.

r. Cuando, tras varios años de gobierno prudente, Príamo consiguió que Troya recuperara su riqueza y poderío anteriores, convocó a un consejo para tratar el caso de su hermana Hesíone, a la que el eácida Telamón había llevado a Grecia. Aunque él estaba a favor de emplear la fuerza, el consejo recomendó que primeramente se intentara la persuasión. En consecuencia, su cuñado Antenor y su primo Anquises fueron a Grecia y entregaron las demandas troyanas a los griegos reunidos en la corte de Telamón, pero éstos acogieron desdeñosamente esas demandas. Este incidente fue una de las causas principales de la guerra de Troya, el triste fin de la cual predecía ya Casandra. Para evitar el escándalo, Príamo la encerró en un edificio piramidal de la ciudadela; la guardiana que cuidaba de ella tenía la orden de mantener a Príamo informado de todas sus profecías.

1.      La situación de Troya en una llanura bien regada a la entrada del Helesponto, aunque la convertía en el principal centro comercial de la Edad de Bronce entre Oriente y Occidente, provocaba frecuentes ataques de todas partes. Las alegaciones griegas, cretenses y frigias de haber fundado la ciudad no eran irreconciliables, puesto que en la época clásica ya había sido destruida y reconstruida con mucha frecuencia. Hubo en total diez Troyas, y la séptima era la homérica. La Troya a la que se refiere Homero parece haber sido poblada por una federación de tres tribus —troyanos, ilianos y dardáneos—, cosa habitual en la Edad de Bronce.

2.      «Apolo Esminteo» señala a Creta, pues smirthos es la palabra cretense con que se designa al «ratón», animal sagrado no sólo en Cnosos (véase 90.3), sino también en Filistia (1 Samuel vi.4) y Fócide (Pausanias: x.12.5); y Erictonio, el Viento Norte fertilizante, era adorado tanto por los pelasgos de Atenas como por los tracios (véase 48.3). Pero la pretensión ateniense de haber fundado Troya puede ser rechazada como propaganda política. Los ratones blancos que se mantenían en los templos de Apolo eran profilácticos contra la peste y contra las invasiones súbitas de ratones, como las que mencionan Eliano (Historia de animales xii.5 y 41) y Aristóteles (Historia de animales vi.370). Dárdano puede haber sido un tirreno de Lidia (véa se 136.g) o Samotracia, pero Servio se equivoca al decir que provenía de Etruria, donde los tirrenos se establecieron mucho tiempo después de la guerra de Troya. «Zacinto», palabra cretense, que figura en la genealogía regia de Troya, era el nombre de una isla perteneciente al reino de Odiseo; y esto sugiere que reclamaba derechos hereditarios respecto a Troya.

3.      El Paladio que las Vírgenes Vestales guardaban en Roma para la buena suerte de la ciudad tenía inmensa importancia para los mitógrafos italianos; alegaban que había sido rescatado de Troya por Eneas (Pausanias: ii.23.5) y llevado a Italia. Quizás estaba hecho con marfil de marsopa (véase 108.5). «Paladio» significa una piedra u otro objeto de culto alrededor del cual bailaban las muchachas de un clan particular, como en Tespia (véase 120.a) o saltaban los muchachos, pues pallas se emplea indistintamente para ambos sexos. El Colegio de Salios romano era una sociedad de sacerdotes saltarines. Cuando esos objetos de culto se identificaban con la prosperidad de la tribu y eran guardados cuidadosamente para impedir su robo o mutilación, se interpretaba que palladla significaba palta, «o cosas arrojadas desde el cielo». Los palta no podían estar ocultos al cíelo; por eso la piedra del trueno sagrada de Término en Roma se hallaba bajo un agujero abierto en el techo del templo de Júpiter, lo que explica una abertura análoga en Troya.

4.      La adoración de los meteoritos se extendió fácilmente a los monolitos antiguos, el origen fúnebre de los cuales había sido olvidado; y luego del monolito a la imagen de piedra, y de la imagen de piedra a la imagen de madera o de marfil sólo había un corto paso. Pero la caída de un escudo del cielo —el ancile de Marte (Ovidio: Fasti iii.259- 73) es el caso más conocido— necesita una explicación mayor. Al principio se creía que los meteoritos, como los únicos palta auténticos, originaban el rayo que raja los árboles de los bosques. Luego las hachas de piedra neolíticas, como la que se encontró recientemente en el templo de Asine en Micenas, y las hachas o martinetes primitivos de la Edad de Bronce, como el de Cibeles en Éfeso (Hechos xix.35), fueron tomados erróneamente por rayos. Pero el escudo era también un instrumento del trueno. Los hacedores de lluvia prehelenos convocaban tormentas haciendo girar matracas para imitar el sonido del viento, y para imitar al trueno golpeaban grandes escudos de piel de buey muy estirada con palillos de tambor de dos cabezas como los que llevan los sacerdotes salios en el relieve de Anagni. La única manera de hacer que una matraca suene continuamente es girarla en circuito en forma de ocho, como hacen los niños con los molinos de viento de juguete; y como a las antorchas utilizadas para imitar el relámpago se las hacía girar, al parecer, del mismo modo, el escudo hacedor de lluvia tenía también la forma de ocho y los palillos dobles golpeaban continuamente en ambos lados. Por esto las ilustraciones cretenses que sobreviven muestran al espíritu del trueno descendiendo como un escudo en forma de ocho, y, por tanto, a los escudos antiguos se los adoraba como palta. Una tablilla de piedra caliza pintada de la acrópolis de Micenas demuestra, por el color de la carne, que el espíritu del Trueno era una diosa más bien que un dios; en un anillo de oro encontrado en las cercanías no se indica el sexo .del escudo que desciende.

5.      Casandra y las serpientes recuerdan el mito de Melampo (véase 122.c) y el acto de escupir Apolo en su boca el de Glauco (véase 90.f). Su prisión era probablemente una tumba en forma de colmena desde la que hacía profecías en nombre del héroe que yacía enterrado allí (véase 43.2 y 154.1).

6.      Éaco, el nombre del hijo profético de Príamo, significa la rama de mirto que se pasaba de uno a otro comensal en los banquetes griegos como un desafío a cantar o componer. Como el mirto es un árbol de la muerte (véase 101.1 y 109.4), esos poemas pueden haber sido originalmente profecías hechas en una fiesta dedicadas a un héroe. El ave acuática estaba consagrada a Atenea en el Ática y asociada con el anegamiento del pharmacos regio (véase 94.1). El salto de Escamandro en el río Janto tiene que referirse a una costumbre troyana análoga de ahogar al rey viejo (véase 108.3); se suponía que su ánima preñaba a las muchachas cuando iban a bañarse allí (véase 137.3). Tántalo, que parece haber sufrido la misma suerte, se casó con la hija de Janto (véase 108.d)

7.      Príamo tenía cincuenta hijos, diecinueve de los cuales eran legítimos; esto indica que en Troya la longitud del reinado del Rey se regía por el ciclo metónico de diecinueve años y no por el ciclo de cien lunaciones compartido entre el rey y el heredero, como en Creta (véase 138.j) y Arcadia (véase 38.2). Sus doce hijas eran quizá guardianas de los meses.

8.      La importancia de la participación de Éaco en la construcción de las murallas de Troya no se debe pasar por alto: Apolo había profetizado que sus descendientes estarían presentes en su captura tanto en la primera como en la cuarta generación (véase 66.i), y sólo se podría abrir una brecha en la parte construida por Éaco (Píndaro: Odas píticas viii. 31-46). Andrómaca recordó a Héctor que esa parte era la cortina del lado occidental de la muralla, «cerca de la higuera», donde la ciudad podía ser atacada con más facilidad (Homero: Ilíada vi.431-9), y «los más valientes que siguen a los dos Ayantes ya por tres veces se han encaminado a aquel sitio para intentar el asalto: alguien que conoce los oráculos se lo indicó, o su mismo arrojo los impele y anima». Las excavaciones realizadas en Troya por Dórpfeld demostraron que la muralla era, inexplicablemente, más débil en ese punto; pero los compañeros de Ayax y de Éaco no necesitaban que un adivino les informara de ello si, como sugiere Polibio, «Éaco» provenía de la locrense Opus, la ciudad de Áyax el Pequeño. Lócride, que parece haber proporcionado el elemento iliano de la Troya homérica, y gozaba del privilegio de nombrar a las sacerdotisas troyanas (véase 168.2), era un distrito lélege pre-helénico con instituciones matrilineales e inclusive matriarcales (véase 136.4); otra tribu de léleges, quizá de ascendencia locria, vivía en Pedaso, en Tróade. Una de sus princesas, Laótoe, fue a Troya y tuvo un hijo con Príamo (Homero: Ilíada xxi.86). Parece haber sido la buena voluntad de las sacerdotisas locrias para sacar a escondidas el paladio y ponerlo a salvo en Lócride lo que facilitó la toma de la ciudad por los griegos (véase 168.4).

9.      Puesto que un Teucro era hijo de Escamandro y otro nieto de Éaco e hijo de Hesíone, la hermana de Príamo (véase 137.2), al elemento teucro en Troya se le puede identificar con el lélege, o eácida, o iliano; los otros dos elementos eran el lidio, o dardanio, o tirreno, y el troyano, o frigio.



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